lunes, 11 de noviembre de 2013

VIVIR SIN VIVIR EN TI
PROLOGO


Hablar de otra forma de vivir, vivir sin vivir en ti, vivir en mundos sucedáneos, vivir en un mundo mas real dentro de la irrealidad de la vida actual, vivir lo natural con excentricidades propias de alguien que no adapta sus reacciones a lo oficialmente correcto, vivir por delante de lo que en un futuro será algo natural y que hoy se considera esencialmente incorrecto, esa forma de vivir que socialmente se considera inadaptado o loco es tan antigua como la propia vida y ha sido objeto de trasmutaciones progresivas para adaptarlas a la situación de cada época. 

¿Donde se encuentra la frontera entre la locura y la genialidad?, es un paso tan simple y sencillo como indescriptible. Hay grandes genios a cuyas locuras se llamaban excentricidades e innumerables desconocidos que fueron encerrados por esas excentricidades llamadas locuras. Ante comportamientos inesperados o indeseados, se contesta con el rechazo y el desprecio siempre que la persona no lleve un halo de misticismo alrededor. Un visionario de Dios puede ser seguido hasta límites sorprendentes como enviado del mas allá o lapidado por loco. El estigmatizado como enfermo mental es despreciado, temido y apartado de la colectividad, el encumbrado por las mismas causas es elevado a los estrados más altos de la sociedad.  
Existe un miedo histórico a la locura que crece al mismo tiempo que el temor a la sinrazón como también y por razones religiosas existe un temor a la posesión diabólica, al poder de Satanás que subyace en la ideología de la Inquisición desde el siglo XIII y que los tachan de herejes y brujas. Existe un rechazo general en todas las culturas y sociedades al enfermo mental que siempre ha existido, existe y existirá. Lo que se percibe en los grupos sociales con un mayor nivel educacional es la visión más científica del enfermo mental unido a un enfoque más humanitario de su tratamiento.
Se recurre todavía más al médico de familia, a los amigos o al cura antes que al psiquiatra y la dificultad, cada día menor, de reconocer las enfermedades mentales, casi siempre ello unido al nivel cultural, no al económico.
Se nos enseña a temer a la locura desde niños, se  juega haciéndose el loco del que todos huyen, pero también se utiliza como elemento de mofa y escarnio a ese loco, al necio y al bobo. Utilizado como comedia de la vida el loco recuerda a cada uno su verdad, esa verdad que nadie se atreve a decir en voz alta pero que dichas con su lenguaje de necio y sin aires de razón se convierten en juiciosas. Hacen cosas que no deben hacer, que extrañan y maravillan que son irracionales a veces y que dan miedo.
Consideramos locos o dementes también a los poetas extravagantes, apasionados o borrachos, a los informales, imprudentes, soñadores, golfos o aventureros, en resumen a todo lo que significa rebeldía, misterio u obsesión, lo imposible o abstracto. Locura es correr, amar, escapar, es la verdad y la mentira, es la fantasía y la realidad, es la riqueza y la pobreza, la felicidad y la desgracia, la indecencia y la honradez, la razón y sinrazón de la vida, la crueldad y la piedad, la esperanza o renuncia, la valentía y el miedo, el silencio o el grito de libertad. El pelo despeinado y encrespado, la cara descompuesta, los ojos extraviados, sin aliento sin saber donde está, representa en el habla popular un estado demencial aunque pueda deberse a la pérdida de un ser querido o al miedo. Son comparados con animales, caballo loco, pájaro loco o como una cabra loca y faltos del ritmo obligado por la sociedad  al decir que no están cuerdos como un reloj que a veces si no funciona decimos que se ha vuelto loco o como una maquinaria rota a la que le falta un tornillo, aunque a veces y para dispersar la mente nos hacemos el loco.

Los locos estaban en Babia, en las nubes o en el limbo y la mayoría en la luna, pero el hombre llegó a la luna y vio desde allí que los locos donde estaban realmente era en la tierra y que la tierra era la mas grande de las lunas, donde se asume la irracionalidad de lo irracional, lo insensato, lo absurdo y lo injusto.

El rechazo del enfermo mental siempre ha sido mayor entre las clases sociales altas y medio-altas donde el autoritarismo se relaciona directamente con dicho repudio, por ello las nuevas estructuras que el poder político y social tomaron en nuestro entorno los treinta últimos años fueron decisivas para el cambio radical del tratamiento e internamiento de los enfermos mentales.

Por ello la enfermedad mental es algo que tiene hoy día posibilidad de tratamiento, a los enfermos no se les puede tomar el pulso por la mañana, la temperatura por la tarde y el pelo por la noche, el manicomio no es un lugar donde apartar del resto del mundo a los diferentes, un lugar de reclusión como si de un peligro social se trataran, es un centro de diagnóstico y tratamiento de reposo mental y físico y de curación. Tenemos que educar dentro del amplio espectro de la salud no solo como comer y revisarse periódicamente sino también en como ver a los enfermos, ancianos, oncológicos o mentales, enseñar a perderle el miedo a la enfermedad, mejorar los sentimientos hacia los enfermos mentales y creer en su curabilidad además de tener confianza el los médicos psiquiatras que los tratan y en los avances de la medicina para sanarlos.

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