VIOLENCIA PSICOLOGICA
Normalmente
se clasifican dentro de los casos de violencia psicológica supuestos de abusos
verbales, como rebajar, ridiculizar, hacer ironías para generar inseguridad,
humillar. También son casos de violencia psicológica los supuestos de
intimidación, en los que se asusta con gestos, gritos, miradas o incluso se
arrojan objetos o destrozan propiedades.
En
casos de aislamiento o control abusivo del otro vigilando sus actos,
movimientos o escucha del otro.
1.
la seducción o la influencia.
2.
el apilamiento, quién corresponde a la repetición de pequeños actos de
agresión, al parecer anodinos tomados separadamente pero que se destinan a la
desestabilización de la víctima.
3.
las falsas promesas.
4.
la destrucción que se acentúa a medida de la relación, para llegar a alcanzar
un paroxismo dada la reacción de la víctima.
Estas
cuatro fases pueden resumirse en el tiempo; las etapas dos y tres van a menudo
juntas: las falsas promesas que hacen creer al rescate, o a un cambio que no
tendrá nunca lugar, pero permiten reajustar la influencia para proseguir mejor
la destrucción de su víctima.
Es
la frecuencia y la repetición en el tiempo de las agresiones que hacen el
proceso perverso destructivo.
Su
planteamiento los vinculó de muy cerca con los dirigentes de sectas, son
dictadores en potencia, quiénes imponen su tiranía a un círculo limitado de
personas.
Signos
de violencia psicológica. ¿Cómo detectar el maltrato psicológico?
El maltrato psicológico se suele manifestar como un largo proceso en donde la víctima no aprecia cómo el agresor vulnera sus derechos, cómo le falta al respeto, la humilla y la víctima va progresivamente perdiendo autoestima y seguridad en sí misma.
Casi todos reconocemos los
insultos, las continuas comparaciones para descalificarnos, el tono de voz duro
y desagradable, un volumen alto con el ejemplo clásico de los chillidos y
gritos, la mirada fija, la risa sarcástica y sabemos distinguir una cara de
asco cuando nos hablan. Estos signos a los que restamos importancia van
provocando en nosotros malestar interno y profundo.
Es interesante analizar
los aspectos no verbales y no quedarse meramente con el mensaje que nos llega
de nuestro interlocutor.
En las siguientes líneas
se muestran ejemplos de esa comunicación que vulnera nuestros derechos básicos
y qué a la larga merman nuestra autoestima:
· Moralización: Es una forma muy sutil de control. La persona se cree dueña de
la verdad absoluta y juzga a los demás con su baremo. Lo hace con palabras
paternalistas, desde el prisma es que es una persona respetable.
Interpretar: Este tipo de comunicación supone que la persona que habla hace
una lectura de pensamiento del otro.
Tergiversación: El receptor sospecha de la intención del emisor y reacciona como
si éste fuera a criticarlo.
Interrogar: La persona agresiva se dedica a preguntar en plan policíaco.
Mandar u ordenar:
Imponer soluciones:
Criticar: Existen dos tipos de crítica, la constructiva o sugerencia y la
crítica destructiva. Nos centraremos en esta última, que provoca un malestar en
la persona que la recibe. La primera sirve para buscar una solución, la segunda
se basa en la confrontación.
Ridiculizar: Burlarse del otro en algún aspecto.
Despreciar: Menospreciar al otro individuo.
Reprender: La persona en vez de sugerir cambios, directamente critica de
forma destructiva:
Amenaza o coacción: En el
maltrato psicológico es muy típico
encontrar que el agresor o agresora amenaza o coacciona si no se cumple algo
con hacer o dejar de hacer algo. Es bueno recordad que el Código Penal recoge
la figura de las amenazas y coacciones cómo delito, esto muchas veces se pasa
por el calor de la discusión.
Culpabilizar y hacerse la víctima: Este fenómeno es muy
corriente. El agresor proyecta su agresividad en la víctima y se percibe como
inocente.
Pseudo aprobación: La persona aparenta comprensión pero deja un poso de
culpabilidad en la persona que la escucha
Tranquilizar: La persona tras haber hecho algo malo, tiende a indicar qué la
otra está nerviosa, qué no controla sus emociones y ella le pide qué se
tranquilice, demostrando lo buena persona qué es.
La agresividad verbal
puede ser muy sutil o en cambio puede ser el típico repertorio de insultos. Se
puede hablar de agresividad cuando la forma de hablar casi siempre es para
desvalorizar al otro, no por un insulto aislado.
El problema cuando se
detecta deberá consultarse a especialistas para que se tomen las medidas
oportunas. Al ser un tipo de conducta muy difícil de probar requeriremos la
actuación de profesionales
Es muy importante el apoyo
de psicólogos especializados. Será preciso descartar la posibilidad de que la
autoestima se haya deteriorado o qué aparezca un cuadro psicológico derivado de
este tipo de relación negativa.