viernes, 25 de octubre de 2013


MANERAS DE VIVIR EL AMOR 
2ª parte







La primera sorpresa era que iban a salir a cenar el miércoles y eso ya sería algo especial para ella porque un jueves es un día normal de trabajo y si trasnochas por poco que sea al día siguiente estás muerta, así se lo hizo ver, pero bueno un día es un día. Lo segundo era que cada uno iría al lugar elegido en su vehículo y lo tercero que le diría el mismo miércoles por la mañana el lugar y la hora de su cita. Ella a cambio pidió que fueran vestidos de una forma también coherente con la cena, es decir elegantes simplemente. El miércoles tal como lo acordaron le entregó un sobre cerrado en la hora del desayuno donde indicaba lugar, hora y mesa donde se encontrarían., le sugirió que no lo abriera hasta   media tarde. Había preparado cuidadosamente la velada.

Tenía reservada una mesa en el restaurante “La maison de Landeloc” en un apartado especial. Era el mejor de la zona a 100 kilómetros a la redonda según la guía Michelín,. El restaurante era un antiguo palacete del siglo XIX reformado elegantemente y donde todas las habitaciones que daban al patio central estaban convertidas en pequeños comedores desde una a tres  mesas. El centro era un gran patio rodeado de columnas de mármol adornado bajo cada una con unos inmensos macetones con retorcidas plantas tropicales. En una esquina del mismo un pianista decadente y medio giboso con el pelo blanco acariciaba viejas canciones que te arropaban y no molestaban. La luz amarillenta de bombillas de 25 vatios le daba cierto aire clásico, decadente, decimonónico y sin embargo muy acogedor al lugar. Había elegido una pequeña salita con una sola mesa que estaba en la esquina del patio opuesta a la del pianista. En dos maceteros de madera antiguos colocados en las dos esquinas del saloncito con un florero alto, fino y transparente, tenía dos rosas rojas y blancas adornando ligeramente la estancia. Se olfateaba un discreto aroma a incienso que paseaba de vez en cuando un camarero para evitar olores desagradables de tabaco o comida que ese día era innecesario por los pocos clientes que acudieron a cenar. Solo faltaba ella.

Apareció como una gran diva sobre el escenario, sin rituales, como si estuviera en el comedor de su casa, con esa naturalidad que desconcierta y con esa clase que se tiene o no se aprende en la vida. Fue un golpe sobre la mesa diciendo aquí estoy yo, elegante, sencilla y deslumbrante. Llevaba un vestido color azul eléctrico con cuello tipo japonés o chino, no sabía como se denominaba, solo se  que se sujetaba simplemente por él a su cuerpo sin  una arruga adaptado a un cuerpo que nunca me hubiera imaginado tan perfecto, cuatro dedos por encima de las rodillas y dos cortes laterales que daban un mayor e  insinuante atractivo, los zapatos de un corto tacón del mismo color y en el lateral derecho de su cabeza sobre la oreja que dejaba al descubierto, una pequeña flor con cristales de Swarosky también azules que en su semblante parecían diamantes, eran los únicos adornos que se veían, la cara lavada y sin pintar, quizás algo en los ojos que no sabría definir. Le fue difícil reaccionar y  se dio cuenta enseguida, se sabía dueña de la situación por lo menos hasta ese momento en el que lo “especial” lo había puesto ella.

De pié en el salón, el camarero les trajo una bandeja con dos catavinos a los que escanció un amontillado de Jerez Sibarita y les ofreció dos canapés, uno de chalotas francesas caramelizadas con unos fumées de lamprea sobre ella y otro de foie de oca  semi cuí con unas gotas de reducido de moscatel de Málaga.

La veía mucho mas alta, pero la verdad es que solo había hablado con ella sentado. Llevaba un chal sobre sus hombros que el camarero ayudó a quitarse y dejó al descubierto un interminable escote desde el cuello hasta la curvatura que tiene la columna al final de ella, en los laterales se insinuaban sus pechos sin estridencias pero con una tentación erótica imposible de soportar sin mirar. Un pequeño bolso metálico de mano del que no recordaba nada mas, era el único aditamento que llevaba en sus manos, ni anillos ni pulseras ni reloj ni perfume que desorientara a cualquier sentido que fuera el de la vista. Por segunda vez seguía poniendo ella lo “especial” de la noche. Dos a cero.

Se sentaron uno frente a otro y a él no se le podía negar que su cara de asombro y desconcierto era todo un poema, aquella mujer lo había dejado fuera de juego solo con un vestido y sus modales. Trajeron una botella de champán Dom Perignon que tras dar el visto bueno de su añada, que él desconocía, fue abierto con la parafernalia que hay que darle a estos caldos para justificar lo que se pagan por ellos y fueron servidos en dos copas de flauta increíblemente alargadas y con el anagrama de la bodega grabado con ácido en un lateral. Seis ostras de Boucigues  en una gran concha de alpaca llena de “glassons piquées”  flotaban esperando ser consumidas. Dos pequeñas cucharillas también de  alpaca que estaban a un lado de la mesa supieron que eran para después de comer las ostras, bebieran finamente su caldo.

Seguía perdido y sin llegar a comprender como aquella mujer lo turbaba de tal manera que no sabía ni de que hablar. Lo de siempre: “Te gusta el sitio”? “Se está muy tranquilo”, “Y la música”? Te gusta? Y……bla, bla, bla….. Pensó que era un desastre cuando ella se levantó y le dijo que iba al servicio, algo que hacen a menudo las mujeres y nadie sabe para qué. La miró nuevamente asombrado por el impresionante escote que dejaba a la vista una perfecta espalda en color, postura, finísima piel y longitud que no había llegado a recorrer entera cuando ella le preguntó. “Te gusta como voy”? a lo que contestó sin pensarlo: “No te sobra ni te falta nada”. Se quedó cortado por su salida tan vulgar y ella sin sorprenderse le contestó:”Para eso hay que observar de forma mas especial”. Derrotado y desarmado se tomó el último chupito de champagne que quedaba y esperó a la vuelta de aquella superwoman que tanto lo desorientaba.

jueves, 24 de octubre de 2013

MANERAS DE VIVIR EL AMOR
1ª PARTE



La primera vez que la vio sentada frente a él desayunando no pudo quitarle la vista de encima. Leía el periódico que se levantaba ante ella como una tapia en el campo y le impedía ver más allá de su cabeza. Llevaba un peinado que él llamaría moderno dentro del desconocimiento que poseía de actualidad en la peluquería de señoras. Unas pequeñas y bonitas orejas asomaban con dos pendientes circulares que como dos botones se adivinaban en el lóbulo de ambos pabellones auriculares. Los ojos vivos y  resplandecientes brillaban cada vez que daba un sorbo de su taza. Morena de pelo y clara de piel tenía unas finas manos, delicadas y con las uñas cortadas sin color alguno. Cogió un 20 Minutos para parapetarse como un cazador en el campo tras de una cubierta de lona y la observó por el filo superior leyendo mil veces el titular del periódico sobre la crisis. Disimuló mirando hacia su página y una de las veces cuando volvió a levantar la cabeza ya no estaba allí sentada, miró hacia la barra y la puerta y no la vio, había desaparecido como por encanto.

Acostumbraba tomar el desayuno en ese bar apartado de su centro de trabajo porque era el único momento que tenía para descansar la cabeza de la matraca de sus compañeros, que si el fútbol, la crisis, el trabajo, lo que se dice un coñazo total. Era ejecutivo de una  empresa y en su cargo trabajaba 24 horas al día además de llevar encima, a pesar de su mediana edad, algo mas de 40 años, una gran responsabilidad laboral en la misma.
Se había sentido atraído e intrigado sin razón racional alguna por aquella mujer, lo irracional es a veces así de imprevisto pero sintió una curiosidad algo mas llamativa de lo normal, también su soledad magnificaba sus sentimientos fueran cuales fueran y en este caso se unía el juego matinal de observar a aquella mujer desde el anonimato con su vacío sentimental actual. 
 Al día siguiente acudió algo más temprano para poder coger una buena mesa de donde dominar toda la cafetería y ver cuando ella entraba si lo hacía y donde se sentaba. Al tercer café cuando le saltaba la pierna de la cafeína ingerida y darle tres vueltas al periódico la vio entrar y sentarse en la misma mesa del día anterior. Al verla en pié observó que era mas bien alta, delgada y con un tipazo que daba hipo, pero que no se notaba en exceso por la clase de ropa que llevaba mas bien ancha y cómoda, se daba poca importancia al moverse y gesticular, no era de esas mujeres que quieren que las miren y lucir sus ropitas en público, eso es lo que le trasmitía.
 Observó que pidió un té sin nada mas, cogió su periódico y se repitió la escena del día anterior. Cuando quiso darse cuenta igual que la otra vez, había desaparecido, pero al mirar al cristal de la calle vio como pasaba y con una sonrisa en la boca y sin mirar levantó levemente su mano con un ligero vaivén de despedida. Se quedó de una piedra y pensó que ella se había dado cuenta de su curiosidad o fisgoneo como cada uno quiera mirarlo y pensó que   al día siguiente hablaría   con ella. Pero mañana era sábado  y pasado domingo y no había desayuno, estuvo todo el fin de semana deseoso por que llegara el lunes, pero no pudo acudir  por cuestiones de trabajo lo que le jodió soberanamente.

Era un martes cualquiera pero muy diferente, tenía unas ganas inmensas de desayunar y se fue muy temprano, encontrando el bar lleno y sentándose en la única mesa que quedaba vacía. Sin haber probado todavía el café oyó como una voz femenina le pedía si podía sentarse con él en la misma  mesa. Aseveró mientras se incorporaba algo descolocado porque era ella, la chica de la mesa de enfrente. Intentaron hablar los dos a la vez y se callaban igualmente sugiriendo al otro “dime tú”, tras varios intentos y una sonrisa nerviosa se excusaron ambos y ella pidió su té. Creía que te pasaba algo, dijo ella, llevas varios días sin venir a desayunar. Entonces se dio cuenta que ella lo había observado también y conocía todas sus miradas y su cara de asombro mientras la buscaba y no la veía. No hablaban  de nada concreto solo de sus gustos, la naturaleza, los viajes, el mar, la montaña, las bicicletas, etc. y comentaron las muchas cosas que tenían en común, como siempre en estas conversaciones pensó ella y también él, solo les faltaba decir en voz alta que a los dos les gustaba las mismas cosas para que la mentira seductora y el ritual de acercamiento fuera completo. Como todo el mundo pensó ella, como todo el mundo pensó él.
 Así siguieron varios días hasta que el lunes siguiente él le propuso realizar una cena especial en un lugar especial y con un menú especial. A ella le gustó la idea aunque no se fiaba mucho de los hombres y menos poco conocidos, no había tenido buenas experiencias en los últimos años y su vida en solitario era como mejor  se encontraba actualmente, salía con sus amigas y se refugiaba en actividades extra-laborales que siempre le habían atraído, pero éste le daba confianza, tenía cara de buena persona, quizás demasiado buena persona. Si tu lo organizas todo yo me dejo llevar con la condición de que los gastos a medias. Así lo acordaron.

miércoles, 23 de octubre de 2013

HAY MANERAS DE VIVIR QUE SON UN SINVIVIR


CONCEPTO ACTUAL DE SALUD

Preocupados por la salud global de la Humanidad en el año 1978 más concretamente entre el  6 al 12 de septiembre se celebró a instancias de la OMS y en la antigua ciudad de Alma-Ata, (Kazakstán), la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud con  la necesidad urgente de la toma de acciones por parte de todos los gobiernos, trabajadores de la salud y la comunidad internacional, para proteger y promover el modelo de atención primaria de salud para todos los individuos en el mundo. En ella participaron 134 países y 67 organizaciones internacionales, con la ausencia importante de la República Popular China.
En dicha conferencia se aprobaron varios puntos por supuesto no vinculantes sobre la salud de los pueblos.


DEFINICIÓN DE SALUD

 La Conferencia reafirma tajantemente la salud como aquel estado de total bienestar físico, social y mental, y no simplemente la falta de enfermedades o malestares, siendo un derecho humano fundamental y convirtiendo a la búsqueda del máximo nivel posible de salud en la meta social más importante a nivel mundial, cuya realización requiere de la participación de otros sectores sociales y económicos en adición al sector salud.

LA POBLACIÓN ESTÁ ENFERMA

Siguiendo esta definición nuestro Estado español está lleno de enfermos, muchos  terminales y muchos más sin posibilidades de curación, rehabilitación o reinserción social.
Los parados, los sin techo, los sin alimentos básicos, los niños que sufren en sus carnes el  dolor de la enfermedad, los económicamente desocializados y  tantos y tantos que por  elementos surgidos de esta crisis que tiene más de seis millones de parados son enfermos que no ven posibilidad de curación y padecen del dolor físico o psíquico o moral de ver como sus vidas pasan sin futuro ni para ellos ni para sus descendientes mientras otros llenan sus arcas de forma ilícita sin el menor pudor.

¿Y nosotros que hacemos para evitarlo? ¿Estamos también enfermos sin posibilidad de curación?.........................................