sábado, 9 de noviembre de 2013

VIOLENCIA PSICOLOGICA


Normalmente se clasifican dentro de los casos de violencia psicológica supuestos de abusos verbales, como rebajar, ridiculizar, hacer ironías para generar inseguridad, humillar. También son casos de violencia psicológica los supuestos de intimidación, en los que se asusta con gestos, gritos, miradas o incluso se arrojan objetos o destrozan propiedades. 
En casos de aislamiento o control abusivo del otro vigilando sus actos, movimientos o escucha del otro.
1. la seducción o la influencia.
2. el apilamiento, quién corresponde a la repetición de pequeños actos de agresión, al parecer anodinos tomados separadamente pero que se destinan a la desestabilización de la víctima.
3. las falsas promesas.
4. la destrucción que se acentúa a medida de la relación, para llegar a alcanzar un paroxismo dada la reacción de la víctima.

Estas cuatro fases pueden resumirse en el tiempo; las etapas dos y tres van a menudo juntas: las falsas promesas que hacen creer al rescate, o a un cambio que no tendrá nunca lugar, pero permiten reajustar la influencia para proseguir mejor la destrucción de su víctima.

Es la frecuencia y la repetición en el tiempo de las agresiones que hacen el proceso perverso destructivo.

Su planteamiento los vinculó de muy cerca con los dirigentes de sectas, son dictadores en potencia, quiénes imponen su tiranía a un círculo limitado de personas.

Signos de violencia psicológica. ¿Cómo detectar el maltrato psicológico?



El maltrato psicológico se suele manifestar como un largo proceso en donde la víctima no aprecia cómo el agresor vulnera sus derechos, cómo le falta al respeto, la humilla y la víctima va progresivamente perdiendo autoestima y seguridad en sí misma.
Casi todos reconocemos los insultos, las continuas comparaciones para descalificarnos, el tono de voz duro y desagradable, un volumen alto con el ejemplo clásico de los chillidos y gritos, la mirada fija, la risa sarcástica y sabemos distinguir una cara de asco cuando nos hablan. Estos signos a los que restamos importancia van provocando en nosotros malestar interno y profundo.
Es interesante analizar los aspectos no verbales y no quedarse meramente con el mensaje que nos llega de nuestro interlocutor.

En las siguientes líneas se muestran ejemplos de esa comunicación que vulnera nuestros derechos básicos y qué a la larga merman nuestra autoestima:

· Moralización: Es una forma muy sutil de control. La persona se cree dueña de la verdad absoluta y juzga a los demás con su baremo. Lo hace con palabras paternalistas, desde el prisma es que es una persona respetable.

Interpretar: Este tipo de comunicación supone que la persona que habla hace una lectura de pensamiento del otro.

Tergiversación: El receptor sospecha de la intención del emisor y reacciona como si éste fuera a criticarlo.

Interrogar: La persona agresiva se dedica a preguntar en plan policíaco.

Mandar u ordenar:

Imponer soluciones:

Criticar: Existen dos tipos de crítica, la constructiva o sugerencia y la crítica destructiva. Nos centraremos en esta última, que provoca un malestar en la persona que la recibe. La primera sirve para buscar una solución, la segunda se basa en la confrontación.

Ridiculizar: Burlarse del otro en algún aspecto.

Despreciar: Menospreciar al otro individuo.

Reprender: La persona en vez de sugerir cambios, directamente critica de forma destructiva:

Amenaza o coacción: En el maltrato psicológico  es muy típico encontrar que el agresor o agresora amenaza o coacciona si no se cumple algo con hacer o dejar de hacer algo. Es bueno recordad que el Código Penal recoge la figura de las amenazas y coacciones cómo delito, esto muchas veces se pasa por el calor de la discusión.

Culpabilizar y hacerse la víctima: Este fenómeno es muy corriente. El agresor proyecta su agresividad en la víctima y se percibe como inocente.

Pseudo aprobación: La persona aparenta comprensión pero deja un poso de culpabilidad en la persona que la escucha

Tranquilizar: La persona tras haber hecho algo malo, tiende a indicar qué la otra está nerviosa, qué no controla sus emociones y ella le pide qué se tranquilice, demostrando lo buena persona qué es.

La agresividad verbal puede ser muy sutil o en cambio puede ser el típico repertorio de insultos. Se puede hablar de agresividad cuando la forma de hablar casi siempre es para desvalorizar al otro, no por un insulto aislado.

El problema cuando se detecta deberá consultarse a especialistas para que se tomen las medidas oportunas. Al ser un tipo de conducta muy difícil de probar requeriremos la actuación de profesionales

Es muy importante el apoyo de psicólogos especializados. Será preciso descartar la posibilidad de que la autoestima se haya deteriorado o qué aparezca un cuadro psicológico derivado de este tipo de relación negativa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario