¿PORQUIEN SUENAN LAS CAMPANAS?
VERSUS
¿PORQUÉ SUENAN LAS CAMPANAS?
En un lugar cualquiera de este vasto país, cuyo nombre
cualquiera sabe, por eso no lo refiero, hubo un tiempo no muy lejano en que
siempre sonaban las campanas, no de continuo, cosa que hubiera sido causa de locura o sordera de
los pueblos sino que comunicaban los hechos cotidianos que acontecían por un
sonido metálico emitido por el golpear del llamado badajo de la campana contra
el borde de la misma por un sistema manual de tracción de una cuerda a él
amarrada rítmicamente manejado por el llamado “campanero”, oficio de gran
responsabilidad por ser el que trasmitía noticias, eventos y sucesos que en un
futuro sería semejante al telegrafista, al telefonista incluso al controlador.
Ese sistema primitivo de comunicación ha llegado a
nuestros días sirviendo actualmente para comunicar los mismos hechos que en su nacimiento
hace un montón de siglos de lo que deduzco que era bueno, bonito y barato y
sobre todo seguro, salvo para sordos, pero nunca llueve a gusto de todos.
Los toques de campana, que es así como se denominan a
los toques de campana valga la redundancia, se diferenciaban en el tono, en el ritmo
y en su melodía, si, melodía que era de lo que más gustaba a nuestros Europeos
del norte que preparaban carrillones o campaniles en campanarios con musiquitas
que actualmente sirven para llevar a un montón de turistas a las horas en punto
debajo de unos cursiles relojes donde se ponen a dar vueltas unos muñequitos
vestidos de Heidy que son fotografiados compulsivamente con el fin de que certifiquen
ante sus amigos que estuvieron allí.
Pero fuera de este ridículo antojo de ricos relojeros
suizos las campanas nos avisaban de todo lo que ocurría a nuestro alrededor.
Había toques a la oración, con los que los fieles tenían conocimiento
del comienzo de sus cultos. Toques
civiles, donde se convocaba al pueblo para diferentes reuniones o comunicados
que a todos interesaban, toques de difuntos, que además de comunicar un deceso también decía si era hombre o mujer,
toques de protección contra las tormentas y así hasta una innumerable lista
de eventos que en un pueblo pueda ocurrir, desde un incendio hasta la llegada
de bandidos para saquear. Había también
momentos en los que las campanas tenían que callar sobre todo en Semana Santa de Jueves Santo a sábado Santo.
Cada uno de los tañidos de campana recibía un nombre, según el hecho a que hacían referencia. A rebato, Ángelus, Animas, Clamor, Concejo, Difuntos, Fuego, Queda, Repique.
Y el tiempo
pasó y apareció el teléfono, la radio, la tele, el móvil, el interné, el guasa,
etc y ………………. Y con ellos los tonos, insoportables listas de canciones, sonidos
incoherentes y rebuznos varios que son del gusto y divertimento de ciertas
personas.
Y las campanas siguieron sonando a pesar de
esta nueva forma de comunicarse y vivir y con sus sonidos lejanos siguen
anunciando el alba acompañando el canto del gallo y repiqueteando alegremente
un día de fiesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario