miércoles, 16 de octubre de 2013

PEQUEÑO CUENTO PARA VIVIR EN EL RECUERDO


Hubo una vez un cine de verano donde devorábamos pipas mientras veíamos esas películas por enésima vez.

También había un rincón en el puerto desde donde poder divisar las estrellas y a veces verlas dando vueltas a nuestro alrededor.

Había un bar donde tomar un Pedro y un pinchito moruno.

Una niña de ojos negros y pelo acaracolado que olía a chicle y goma de borrar.

Una semana Santa llena de manos sudorosas entrelazadas, besos limpios y furtivos.

Hubo una vez un tiempo que nunca volverá pero que nunca se olvidará.


No hay comentarios:

Publicar un comentario